Siempre he tenido una fuerte convicción en la totalidad de la persona.
Stephen Covey, en “El Octavo Hábito” explica el cambio de paradigma que se ha operado en el mundo desde la caída del muro de Berlín, acontecimiento que subraya el paso de la era industrial a la era del conocimiento. Ya no vivimos en la era industrial y el paradigma que sustentaba una forma de vivir basada en la producción y en la seguridad ya no es posible.
En la era industrial, el objetivo era controlar los procesos. Era necesario que todo se hiciera conforme a un proceso bien diseñado de manera que se obtuviera el producto que se pretendía. Las personas eran “cosas” que controlar y administrar. No deja de ser curioso que aún hoy día, en un balance contable las personas se consideren “gastos” y la maquinaria y la tecnología, que no son sino herramientas, se consideren activos. Las personas se incluyen dentro de las “cosas” que hay que administrar. La tecnología por el contrario tiene valor en sí mismo.